Te encontrarás la “farmacia de guardia” con el mayor encanto que te hayas topado en tu vida. En unos pocos metros cuadrados, esta taberna ha sido uno de los referentes del buen comer y beber de esta ciudad Patrimonio de la Humanidad.
Generaciones de ubetenses han subido su escalón o se han dejado caer con el codo en su ventana mientras se detiene el tiempo para disfrutar de grandes placeres y bellos momentos.
Una de sus encantos es estar con el de a lado mientras degustas un tomate aliñao con el mejor de los aoves de la tierra y las más selectas clases de conservas y embutidos. Todo esto bien regado con una cervecita bien fría o unas referencias de vinos que te sorprenderán.